Usted puede ...
Pasear por el pueblo visitando los lugares tradicionales de La Cumbrecita, admirando esta soñada aldea alpina que imaginaron y crearon los pioneros
Hacer excursiones más o menos extensas, para conocer los alrededores, escalando los cerros y así acceder a espacios con vistas panorámicas sencillamente maravillosas. Usted se embriagará del aire diáfano y del silencio abrumador de nuestras sierras
Participar de cabalgatas, guiado por baqueanos de la zona, quienes le contarán la historia de los habitantes originarios y le mostrarán los lugares donde moraban
Disfrutar del paisaje nevado en invierno y hacer muñecos de nieve
Pescar truchas, con mosca y devolución, en las aguas transparentes de nuestros arroyos y ríos
Realizar rapel y tirolesa guiado por personas expertas en estas actividades
Visitar las localidades cercanas que le ofrecerán distracciones más mundanas
Degustar las riquísimas tortas de las confiterías del pueblo o almorzar y cenar en uno de los buenos restaurantes
Bajar al río en las épocas cálidas, tomar sol, zambullirse, nadar, bucear o simplemente dejarse masajear por la corriente incesante de las aguas cristalinas, mientras sus hijos podrán hacer castillos de arena en la playa
Distenderse en todos estos lugares, sumido en el silencio pacífico sólo interrumpido por el murmullo del arroyo, por el susurro de los pastos mecidos por el viento o por el zumbido de las alas de los colibríes
..O Usted puede .. finalmente ... y ... simplemente ...
Tirarse en una de nuestras reposeras sobre uno de nuestros decks
Dejarse acariciar por el sol y por la brisa
Sentirse uno con la sublime naturaleza que lo rodea
Y eso: ... no hacer absolutamente nada ...